Los amantes de los animales saben bien que tener una mascota en casa aporta innumerables beneficios. Más allá de la compañía, los animales son capaces de transmitir cariño, hacernos desconectar de las tensiones del día a día e, incluso, minimizar nuestro sedentarismo obligándonos a pasear para atender sus necesidades.
Un animal no es un mueble que podamos cambiar cuando nos cansemos de él o dé comienzo una nueva moda. Una vez en casa, tu mascota será un miembro más de la familia y como tal, tendrá su propio espacio, carácter y necesidades. ¿Estás dispuesto a asumirlo? Esa es la pregunta principal que debes hacerte antes de meter una mascota en casa, aunque no es la única.
Pasos previos antes de elegir una mascota
Contemplar la mirada tierna de un cachorro y sentir la tentación de ponerle la correa y llevarlo a casa suele ser todo uno. Sin embargo, si estás pensando en convertirte en dueño de una mascota hay ciertas cuestiones que debes tener en cuenta. Lo principal es saber si encaja con tu estilo de vida y si estás dispuesto a asumir la responsabilidad que supone su cuidado.
De cuánto tiempo de dedicación dispones
Si, por ejemplo, eres una persona ocupada que pasa mucho tiempo fuera de casa ¿crees que tener un perro encerrado todo el día en un piso es lo más indicado? Los gatos son más independientes, pero en todo caso debes considerar cuánto tiempo vas a poder dedicar a tu mascota. De hecho, incluso si tienes tiempo habrás de pensar qué tipo de mascota es la mejor para ti, tus rutinas y tu estilo de vida. No tiene mucho sentido adoptar un perro que necesite mucha actividad si eres más de pasar horas leyendo o viendo tus series favoritas.
Presupuesto para el nuevo miembro
Otra cuestión importante antes de meter a una mascota en casa es tener claro que un animal implica gastos que van más allá de su alimentación. Vacunas, visitas al veterinario, juguetes… Tener una mascota supone incluirla en tu presupuesto mensual y eso es algo que no puedes dejar de contemplar.
En el hogar: limpieza y espacio propio
Una vez tomada la decisión de meter una mascota en casa (habiendo resuelto todas las dudas anteriores) es momento de preparar el hogar. Dependiendo del tipo de mascota que elijas serán más o menos acertadas unas u otras recomendaciones, pero por lo general, perros y gatos son los reyes a la hora de incorporar nuevos miembros a la familia.
Tu mascota tendrá su propio espacio en casa, pero también compartirá con el resto de la familia otras zonas. La limpieza será clave para mantener una convivencia sana, empezando por asignarle una ubicación para descansar y comer. Al respecto de este último aspecto es importante ubicar comedero y bebedero en una zona que no sea de paso y a ser posible, sobre una alfombrilla o similar que puedas limpiar con facilidad (e incluso meter en la lavadora).
En lo que respecta a la higiene de tu mascota hay varias cuestiones que serán fundamentales. Cepillarla asiduamente evitará que se acumulen los pelos por toda la casa y, en la misma medida, no está demás pensar en baños semanales. Pasar la aspiradora, revisar los filtros del aire acondicionado o la calefacción para evitar posibles obstrucciones o limpiar las patas de tu fiel amigo al volver de su paseo son solo algunas recomendaciones de higiene que no puedes dejar de incluir entre tus rutinas.
Ten en cuenta, además, que todas las mascotas tienen un olor particular por lo que habrás de extremar la limpieza del hogar y mantener sus espacios perfectamente ventilados durante todo el año. Puedes utilizar ‘golosinas’ para el mal aliento o emplear productos especialmente indicados para neutralizar el olor si es muy intenso, aunque por lo general con una limpieza e higiene periódicas no tendrás problemas.
Cuestión de educación, enseñar a tu mascota desde el principio
La disciplina y la constancia serán claves en la relación de tu mascota contigo, tu hogar y el entorno. Incluso si vives en una zona recóndita, alejado del mundanal ruido de la gran ciudad, es fundamental educar a tu mascota desde el primer día, sobre todo, si hablamos de perros y vives en comunidad. El consejo de los expertos puede serte de gran ayuda, aunque hay ciertos trucos que pueden ayudarte a establecer unos patrones de comportamiento apropiados.
Los sistemas de premios y castigos, por ejemplo, funcionan bien para enseñar a tu mascota qué puede y qué no puede hacer. En la misma medida las rutinas les ayudan a interiorizar horarios de paseos, comidas o similares de modo que, a la larga, conseguirás que sea más obediente. Al final, ambos tendréis que aprender a convivir, pero, con el tiempo, la experiencia puede resultar de lo más enriquecedora.