El sector inmobiliario evoluciona y, con él, los requisitos para vender y alquilar una vivienda. En los últimos años es habitual encontrar este tipo de anuncios acompañados de la correspondiente calificación energética de los inmuebles. Pero ¿Qué es exactamente esa etiqueta con letras y colores?
A grandes rasgos, el certificado de eficiencia energética o certificado energético es un documento oficial que recoge información al respecto del consumo anual de energía necesario para satisfacer la demanda de un inmueble. En base a esos datos se asigna una calificación que va de las letras A (para aquellos edificios o viviendas energéticamente más eficientes), a la G (en el extremo opuesto).
Con independencia de su precio, todo certificado de eficiencia energética debe contener tanto los datos del edificio o parte del mismo que se certifica como la escala de calificación energética y el registro y validez.
Además de la emisión de la etiqueta energética correspondiente, recogiendo la calificación de la eficiencia energética del inmueble, es habitual que este tipo de certificados incluyan más información. De este modo, no es extraño que aparezcan también una serie de recomendaciones profesionales encaminadas a mejorar la calificación energética.
Cuál es el precio del certificado energético de una vivienda
A la hora de iniciar el proceso de solicitud, una de las dudas más habituales al respecto del certificado de eficiencia energética es su precio. La cuestión no es baladí y es que, si hace años los expertos apuntaban a un precio estimado de 200€, en línea con su coste en otros países europeos, hoy en día es posible realizarlo por apenas 50€ para viviendas de tamaño medio (en torno a unos 90 metros cuadrados).
En todo caso, el precio del certificado energética no está regulado por ley. Dicho de otro modo, se fija por la libre oferta y la demanda. Dado que no existen tarifas oficiales, las diferencias entre unas empresas y otras pueden ser notables ya que cada profesional pone el precio a sus servicios. En todo caso, conviene comparar y desconfiar de las ofertas que resultan especialmente económicas.
Solicitar diferentes presupuestos es un buen primer paso. No obstante, tampoco está de más buscar referencias de los profesionales o acudir a directorios de expertos oficiales. Cuestiones como los metros cuadrados del inmueble e, incluso, la comunidad autónoma puede influir en el precio final del certificado de eficiencia energética de una vivienda.
Quién debe pagar el certificado de eficiencia energética
Pese a que el precio del certificado de eficiencia energética no está regulado por ley, la norma sí marca qué inmuebles deben contar con este documento. El mismo es obligatorio para edificios de nueva construcción, pero también para aquellos inmuebles que se vendan o alquiler y no dispongan del mismo e, incluso, para edificios o partes de edificios de uso público cuya superficie sea mayor de 250 metros cuadrados y la transite el público.
A grandes rasgos podemos decir que es obligatorio (salvo excepciones) para aquellos propietarios de viviendas, oficinas o locales que vayan a destinar su propiedad a la venta o el alquiler. Dicho esto, la cuestión de quién debe pagar el certificado de eficiencia energética no admite discusión y es que es el propietario quien deberá asumir su coste. Pero no solo eso, también debe velar por su conservación y, llegado el caso, incluso registrarlo ante el órgano competente de la Comunidad Autónoma correspondiente.
Eso sí, el documento en cuestión no tiene una duración indeterminada. Su validez alcanza los diez años y, una vez transcurridos, debe renovarse en caso de querer realizar una operación de venta o alquiler.
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