El aislamiento térmico, la ausencia de puentes térmicos, la hermeticidad del aire, la ventilación mecánica con recuperación de calor o las carpinterías de altas prestaciones son señas de identidad de unas construcciones que persiguen el ahorro energético.
Hablar de passivhaus es hablar de eficiencia energética y sostenibilidad. Lo que se conoce como casas pasivas es un tipo de construcción cada vez más demandado, sobre todo, después de que la pandemia pusiera de manifiesto muchas de las carencias del parque inmobiliario nacional.
Pese a que su origen se sitúa en Alemania en la década de los 80, ya son más de 160 las passivhaus en España, una cifra que da una idea de la creciente demanda en nuestro país. Pero, ¿qué es una passivhaus? ¿Puede una vivienda rehabilitada optar a esta certificación? ¿Cuál es el procedimiento a seguir para conseguirla? ¿Y el precio?
Son muchas las cuestiones que pueden suscitar dudas al respecto de la idoneidad o complejidad de este tipo de construcciones. En esta pequeña guía hacemos un repaso de las más habituales en torno a las conocidas como casas pasivas y todo lo que se refiere a la certificación passivhaus.
¿Qué es exactamente una passivhaus?
Una passivhaus no es, ni más ni menos, que un edificio que ahorra energía. Así lo reconocen desde la Plataforma de Edificación Passivhaus, asociación sin ánimo de lucro que lleva más de una década dedicada a la “divulgación del estándar Passivhaus y de edificios de alto confort y máxima eficiencia energética”. Pero no solo eso. La certificación passivhaus hace referencia a un estándar de construcción de alta eficiencia energética de fama internacional. Con más de 30 años de historia, se trata de conseguir que las construcciones demanden el mínimo posible de energía sin que la calidad del ambiente interior se resienta en absoluto sino todo lo contrario.
Los ideólogos de lo que es hoy una de las alternativas sostenibles más demandadas en términos de construcción ecológica fueron el físico alemán Wolfgang Feist y el sueco Bo Adamson, profesor de la Universidad de Lund. En 1988, ambos crearon un modelo constructivo encaminado a reducir al máximo las necesidades energéticas de una vivienda, manteniendo en todo momento el confort interior a través de una temperatura constante siempre, eso sí, optimizando los recursos disponibles.
Para conseguir sus objetivos -y por extensión la certificación Passivhaus- entran en juego cinco principios básicos que tienen que ver con el aislamiento térmico, la ausencia de puentes térmicos, la hermeticidad del aire, la ventilación mecánica con recuperación de calor y, finalmente, con las carpinterías de altas prestaciones (esto es, puertas y ventanas de baja transmitancia térmica, con hasta triple acristalamiento y una instalación óptima).
Casas passivhaus en España
Han pasado más de diez años desde que, allá en 2009, se construyera la primera passivhaus en España. Desde entonces hasta hoy no solo se han incrementado este tipo de construcciones (suman ya más de 150 en todo el suelo patrio), también ha evolucionado el marco normativo en lo que a materiales de construcción sostenible se refiere.
Si bien es cierto que nuestro país cuenta ya con una legislación encargada de la construcción de Edificios de Energía Casi Nulo (EECN) -gracias a la adaptación de la Directiva Europea 2010/31 UE- no es menos acertado decir que ésta resulta más laxa de lo que establece la propia certificación passivhaus. Para alcanzar esta certificación es necesario contar con el respaldo del Passivhaus Institut Alemán, encargado de certificar que el edificio cumple con los niveles técnicos estipulados para gozar de esta acreditación
¿Cómo obtener el certificado de casa pasiva?
Lo que se conoce como Passivhaus Institut surgió en el año 96 como entidad encargada de gestionar la emisión de los certificados para las llamadas casas pasivas o passivhaus. Pero para que eso suceda, además de llevar a la práctica los criterios de construcción referidos anteriormente, es necesario cumplir con cuatro requisitos imprescindibles:
- La demanda de calefacción o refrigeración debe ser inferior a 15 kWh/m² al año.
- La demanda de energía primaria, esto es, en calefacción, agua caliente y electricidad, tampoco ha de superar los 120 kWh/m² al año.
- Los niveles de hermeticidad deben situarse por debajo de las 0.6 renovaciones de aire por hora (valor con un diferencial de presión de 50 Pa).
- La transmitancia térmica de la envolvente debe regirse por la expresión U = 0,8 W/m²K en muros con ventanas, y U = 0,15 W/m²K en muros opacos.
El encargado de dar traslado de todos y cada uno de los detalles de la edificación debe ser un técnico homologado en Passivhaus. Será él quien compruebe, tanto en la fase de proyecto como de obra, que la construcción cumple con los requisitos y, una vez constatado, dará traslado de ello al propio Passivhaus Institut o entidad certificadora avalada por la misma.
Es interesante señalar que, además de la certificación passivhaus para edificios de nueva construcción, el instituto alemán ofrece la conocida certificación EnerPHit que, en este caso, sirve para construcciones sometidas a un proceso de rehabilitación.
¿Cuánto cuesta una passivhaus o casa pasiva?
Teniendo claro qué es una passivhaus y cómo obtener la certificación oficial al respecto es el momento de hablar de dinero. La construcción de este tipo de viviendas pasivas suele llevar aparejado un sobrecoste de entorno al 5% según los expertos aunque el porcentaje puede variar respecto a la vivienda convencional dependiendo de factores como la ubicación, las calidades u hasta el nivel de conocimiento del arquitecto en cuestión.
En todo caso, ese sobrecoste es, en realidad, una inversión de futuro. Las passivhaus son capaces de reducir hasta en un 90% el consumo energético e, incluso, hay quienes apuntan a una revalorización de los inmuebles de cerca de un 20% para aquellas que cuentan con la certificación Passivhaus.